Con la reforma laboral, aunque más bien habría que llamarla contrarreforma, por lo que tiene de intentar abortar los escasos avances en justicia social logrados en 50 años de sacrificios y luchas de la clase obrera siguiendo los dictados de una ideológía sin futuro como es la socialdemocracia, se han hecho multitud de análisis sesudos desde multitud de puntos de vista.
Todo esta introducción (incluido un periclitado y nada subliminal posicionamiento ideológico) valga para pedir excusas de dedicar unas letras y hacer peder el tiempo del ocasional lector leyendo ideas que seguro que otros han desarrollado más que la presente entrada.
La cuestión es que leyendo la paja de la citada reforma (vamos que no es necesario leerse el BOE para enterarse de ciertos detalles) es fácil encontrar cuestiones relacionadas con las Administraciones Públicas. Me refiero a la facilidad que van a tener las Administraciones Públicas para despedir a su personal laboral a través de EREs (por ahora parece dificil aplicar un ERE a los funcionarios, pero seguro que el oxímoron dentro de poco ampliamente utlizado).
Podíamos hacer aquí un análisis de la importancia de lo anteriormente comentado desde el punto de vista del trabajador (20 días parecen poco sobre todo si se conoce el límite máximo de anualidades a ser consideradas al calcular el 'finiquito' o a que la administración no es que sea ejemplo de un empleador que se distinga por formar y reconvertir a sus trabajadores, por lo que puede que tras varias decenas de años ofrecidos a la adminsitración te veas en la cale con dos duros y sin posibilidad de hacer que tu fuerza del trabajo sea atractiva para otro empleador). También podíamos emplearnos a fondo desde el punto de vista del ciudadano y de las responsibilidades políticas a exigir hacia aquellos directivos que malgastan los presupuestos en supuestas necesidades vaciando empresas públicas hasta no hacerlas viables. Pero no, lo que voy a hacer es, siguiendo la línea de este blog, intentar unir el tema de la reforma con las TIC. Y claro, enseguida uno el tema de una empresa pública haciendo un ERE, con a idea de una Agencia de Informática -que no me gustan, ya lo había dicho, ¿no?- y con la forma de gastar los presupuestos en las Administraciones Públicas, donde si invierto en personal externo creo país y si gasto en personal funcionario estoy manteniendo una caterva y vagos no productivos.
Y como la entrada está quedando ya muy larga, y como lo que lo que uno siempre pretende es que cada cual piense con su propia cabeza, paso a modo telegrama:
- Agencia de Informática formada fundamentalmente por personal laboral (puede que en sus inicios fueran funcionarios, pero poco a poco les he ido 'sacando' de convenio, laboralizándolos).
- Además, resulta que la actual dirección de la Agencia desconfia del personal directivo medio, ya que entraron todos en un proceso de contratación llevado a cabo cuando la dirección política del país recaía en otro partido político
- Así que consigo que la asignación presupuestaria a la Agencia sea claramente insuficiente, o planeo unos niveles de inversión tales que endeudan a la Agencia de una forma que la hacen viable en el futuro
- y como ya se han creado externamente las condiciones para esa "insuficiencia presupuetaria", puedo acudir a un ERE
- ¿Y pasado el ERE?
- puedo aumentar de nuevo el presupuesto (nada dice la ley que si se recupera el presupuesto se puede/deben volver a contratar a aquellos afectados por el ERE)
- contratar a mis "amigos" para colocarles en los cuadros directivos
- y pasar a externalizar el servicio. Vamos que lo que antes lo hacía el personal laboral ahora se lo doy a empresas privadas, con lo que:
- es inversión, no gasto y eso a la opinión pública le gusta mucho
- a la Administración le cuesta más del triple mantener el mismo número de trabajadores (por no hablar de la calidad de los servicios obtenidos), pero eso a quién le importa
- los trabajadores externos estarán precarizados, individualizados, subcontratados, alienados, sin perspectiva, sin futuro, ...
Así que la próxima vez que a alguien se le ocurra decir que hay que crear un organimo para dirigir las TIC en la AGE, y que ese organismo sea lo que sea (vamos que les da igual que sea una Agencia, porque en realidad es lo que esperan, ya que querrán colocarse en ella cobrando un suculento salario, mayor que el que le da ahora la propia administración, además de no estar sujetos a ciertas normas de contratación que seguro que se hacen más laxas y donde es más fácil hacer caer ciertas decisiones en ciertas empresas), estaré legitimado para agarrarle del cuello y no dejar pasar la oportunidad por dignificar la labor de las Administraciones Públicas en su contenido más puro: no Agencias, ni empresas Públicas, ni Comisiones, ...
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