Resumen: tras una larga introducción, este post quiere animar a los actuales TIC de las Administraciones Públicas a desembrazarse de las estructuras administrativas y jerárquicas que coartan la adopción de las medidas necesarias para conseguir un mejor aprovechamiento del conocimiento y de los presupuestos TIC, tornando nuestra actividad hacia quienes debemos responder de nuestro trabajo como funcionarios (la sociedad), en lugar de servir a la actual clase directiva de la Administración que viene demostrando tener intereses ajenos a aquellos que inspiraron nuestro ingreso en el servicio público.
Vaya por delante que en esto de las relaciones laborales, los movimientos por los derechos civiles y sociales y en suma, los avances en lograr una sociedad más justa e igualitaria, no creo en la compartimentación de las demandas organizadas por sectores con intereses particulares. Por eso no me gustan ni los sindicatos "especializados" (como el los de los "conductores de metro" o el de los pilotos, por poner dos ejemplos) ni la de los partidos políticos con fines específicos (como los antiguos partidos ecologistas -parece que Equo ha roto esa dinámica-), ya que la historia nos demuestra que el ejercicio de sus reclamaciones de carácter específico las efectúan únicamente desde la óptica de sus, muchas veces, de sus privilegiados intereses o desde visiones estrechas e la realidad. Por ello, creo necesario el establecimiento de organizaciones políticas o sociales de base amplia, lo que les ofrece una diversidad que enriquece los planteamientos.
¿Y por qué todo esto en un blog TIC? Pues para que sirva como introducción y de excusa para el posterior planteamiento. Recuperando el título del post: ¿y ahora qué debemos hacer los funcionarios TIC?
Ya he dejado claro que como trabajadores tenemos que responder de manera conjunta a esta amenaza y guerra de clases ideológica que nos ha planteado este gobierno. Y lamentablemente, la única forma de de respuesta conjunta es la que planteen los sindicatos (mayoritarios). A los movimientos como el 15-M todavía le queda un largo recorrido para movilizar a la cantidad de personas necesarias como para decir "aquí estamos", así como para articular una forma de dialogo/negociación con los actuales poderes. Digo que lamentablemente solo los sindicatos pueden liderar esta lucha, ya que actualmente solo existe esa fuerza de carácter mayoritario y con algo de credibilidad. No es que yo sea un fan de estos sindicatos. Su entreguismo y pactismo en estos años de paz social nos han llevado, en parte, a donde estamos. Como prueba de mi desafección para con ellos, os pongo la respuesta automática (premonitoria) de mi correo electrónico durante la convocatoria de huelga general al gobierno de Rodriguez Zapatero del año 2.010:
Hoy estoy de huelga. Si de huelga, y a pesar de los sindicatos.
Quizá no te interese saber por qué. Entonces puedes dejar de leer.
Sin embargo, si quieres saber mis motivos, te los detallo a continuación.
Las medidas tomadas por el actual gobierno socialista, auspiciadas si no exigidas como un vil chantaje por los mercados financieros y sus voceros, no hacen sino depauperar las condiciones de trabajo del pueblo español. Tanto, que ni siquiera esas centrales sindicales pactistas y domesticadas han podido mirar para otro lado, dejando su actual convivencia con el estado de las cosas, y de la que son partícipes en igual medida que otros actores de este sistema económico e injusto, para pasar a un estado de confrontación que pronto abandonarán, regresando al redil propiedad de aquellos que les dan de comer.
Sin embargo, no nos queda otra que defender nuestros escasos derechos laborales, ya que si son capaces de imponernos su modelo, no se quedarán conformes, cerniendo de nuevo sus fauces sobre los pocos derechos que nos quedan en este estado del mal-estar (pensiones, salud, educación, ...). Pero no sólo debemos rechazar su reforma laboral, si no que esta huelga debe ser una llamada de atención para aquellos que piensan que el pueblo no pueda elegir su destino y la forma de gobernarse. Debemos recuperar nuestros legítimos derechos para poder decidir nuestro camino, dejando claro que ni los actuales políticos despegados de la realidad social, ni los mercados financieros, interesados únicamente en especular en un mercado virtual sin relación alguna con actividad real, son legítimos actores para dirigirnos, ya que sus intereses en nada tienen que ver con los nuestros.
Rechazo esta reforma laboral.
Repudio este sistema económico.
Aborrezco a la clase dirigente de este país: políticos, sindicalistas y burguesía
Desprecio a los especuladores financieros.
Reclamo el poder para el pueblo y la capacidad de este para conducir a la humanidad a un nuevo estado de confraternización e igualdad.
HUELGA GENERAL.
Quizá no te interese saber por qué. Entonces puedes dejar de leer.
Sin embargo, si quieres saber mis motivos, te los detallo a continuación.
Las medidas tomadas por el actual gobierno socialista, auspiciadas si no exigidas como un vil chantaje por los mercados financieros y sus voceros, no hacen sino depauperar las condiciones de trabajo del pueblo español. Tanto, que ni siquiera esas centrales sindicales pactistas y domesticadas han podido mirar para otro lado, dejando su actual convivencia con el estado de las cosas, y de la que son partícipes en igual medida que otros actores de este sistema económico e injusto, para pasar a un estado de confrontación que pronto abandonarán, regresando al redil propiedad de aquellos que les dan de comer.
Sin embargo, no nos queda otra que defender nuestros escasos derechos laborales, ya que si son capaces de imponernos su modelo, no se quedarán conformes, cerniendo de nuevo sus fauces sobre los pocos derechos que nos quedan en este estado del mal-estar (pensiones, salud, educación, ...). Pero no sólo debemos rechazar su reforma laboral, si no que esta huelga debe ser una llamada de atención para aquellos que piensan que el pueblo no pueda elegir su destino y la forma de gobernarse. Debemos recuperar nuestros legítimos derechos para poder decidir nuestro camino, dejando claro que ni los actuales políticos despegados de la realidad social, ni los mercados financieros, interesados únicamente en especular en un mercado virtual sin relación alguna con actividad real, son legítimos actores para dirigirnos, ya que sus intereses en nada tienen que ver con los nuestros.
Rechazo esta reforma laboral.
Repudio este sistema económico.
Aborrezco a la clase dirigente de este país: políticos, sindicalistas y burguesía
Desprecio a los especuladores financieros.
Reclamo el poder para el pueblo y la capacidad de este para conducir a la humanidad a un nuevo estado de confraternización e igualdad.
HUELGA GENERAL.
Pero con todo ello, somos funcionarios y además TIC. ¿No podemos dar una respuesta específica a este desafío, a esta guerra ideológica que ha declarado el actual gobierno contra la mayoría de la sociedad (porque no debemos confundirnos, no se trata de ajustes ni de medidas para que la economía vaya mejor; se trata de una toma de partido ideológica para conseguir una sociedad más injusta e insolidaria, donde los costes laborales sean tan mínimos que las plusvalías de los empresarios crezcan sin necesidad de invertir en nuevas formas de producción, donde los trabajadores no tengan otra cosa que ofrecer que su fuerza, primaria, del trabajo -la educación para el que la pueda pagar-, donde cualquier servicio -incluido salud- esté bajo el paradigma de la oferta y de la demanda, y donde el capital alemán pueda comprar a buen precio las pocas joyas familiares que nos quedan (Renfe, AENA; ..). Por decirlo de otra forma, la actual clase dirigente del estado español ha escogido el camino que le separa de la ciudadanía y ante la ruptura del contrato social, los funcionarios tenemos que estar a la altura que los tiempos demandan.
Y si, si que podemos dar una respuesta a este desafío. Podemos responder como funcionarios y como TIC.
Tenemos que mirarnos en otros colectivos y en la sociedad. Tenemos que ver como los profesionales sanitarios pretenden objetar para atender los "sin papeles", tenemos que darnos una vuelta por las redes sociales para ver qué dicen de nosotros, los funcionarios, tenemos que ver como cuando a la jerarquía política le interesa se es capaz de realizar reorganizaciones administrativas de personal y de competencias (los interventores municipales dependerán del Estado), tenemos que recordar el compromiso que adquirimos cuando entramos en el sector público (algo más allá del consabido guardar y hacer guardar la Constitución: firmamos un verdadero contrato con la sociedad, que nos hace ser imparciales, objetivos, trabajar más allá de las visiones cortoplacistas de nuestros superiores políticos, anteponiendo el interés general incluso al particular, no cayendo en el desaliento cuando en los últimos cinco años nos han vilipendiando, difamado además de laminado nuestros derechos, ..). Estamos orgullos de ser funcionarios. Nosotros, y solo nosotros somos los garantes del servicio público. Nos debemos a la sociedad y cuando observamos que desde la actual dirección política de la Administración Pública se trabaja en sentido contrario, vaciando desde dentro nuestras competencias e intentando posicionarnos como unos privilegiados que sólo defendemos nuestros ya escasos derechos laborales (que por otra parte deberían estar extendidos a cualquier trabajador), tenemos la obligación de responder. En resumidas cuentas, ante el desafío: más sentido público y más responsabilidad social.
Como TIC:
Podría hacer aquí un sesudo análisis del sector TIC dentro de la Administración. Pero además de hacerlo peor que otros (por aquí y por allí),
los pocos lectores que hallan llegado hasta aquí, huirían despavoridos.
También podría hablar de si las TIC son estratégicos o instrumentales
en las Administraciones Públicas o de esbozar de un plan para toda las
TIC de, al menos, la Administración General del Estado (consolidación de
CPDs, servicios comunes, concentración del personal TIC en una única
unidad al estilo de los interventores, ..). Pero eso se lo dejaremos a
la patronal de los TIC y a su asociación ASTIC.
Por tanto no se trata de reclamar aquí y ahora cómo deberían ser las TICs en las Administraciones Públicas del sXXI (el tren del sXX ya lo perdimos). Se trata de recuperar aquella táctica ya defenestrada del "entrismo". Tenemos estructuras y órganos de decisión administrativas (Comisiones Ministeriales de Administración Electrónica y Comisión Permanente del Consejo Superior de Administración electrónica), tenemos asociaciones, tenemos foros públicos y privados donde los TICs acudimos a "hablar de nuestro libro". Pues utilicemoslos. Pongamos en práctica aquello sobre lo que tanto teorizamos. Utilicemos los instrumentos legales para colaborar, para ahorrar presupuesto, para ofrecer servicios comunes. Incluso ofrezcamos esos servicios a otros organismos sin necesidad de establecer complejos protocolos de colaboración (SLAs, convenios, ...). Estoy seguro de que es posible. Dejémonos de ocultar bajo el manto protector de "mis competencias, mi presupuesto, qué pasaría si, ..." Establezcamos una verdadera política que conduzca por el camino de los hechos allá donde queremos llegar. Ayudemos a otros organismos con nuestro personal, ofrezcamos servicios que se integren en el negocio de otros organismos. Una vez establecida la tela de araña será imposible desmontarla. Y por el camino habremos ahorrado presupuesto, habremos establecido políticas de colaboración, modelos de servicio, ... En suma, sin esperar a las decisiones políticas, estaremos cumpliendo con nuestra labor como profesionales TIC y como funcionarios. Ante nuestras preguntas, si la dirección no da la respuesta, escribámos nosotros mismos las respuestas.
Seguro que se me podrá acusar de naif, de no conocer los entresijos administrativos, de proponer cuestiones imposibles (¿cómo voy a dar servicio a otro organismo?, ¿con mi presupuesto, perdiendo dinero para dárselo a otros?, y si se cae el servicio, ¿qué responsabilidad asumo si me lo da otra unidad?, ..) Todo eso no son más que excusas de nuestros acomodados directivos TIC que no cumplen con su función para con la sociedad. Están al lado de aquellos que han roto el contrato. No están respondiendo ni a lo que los tiempos demandan ni a lo que prometieron/juraron defender. No son más que un obstáculo (otro) que debemos eliminar.
Las TIC tienen un potencial transformador que permitirían lograr una completa transformación de las Administraciones Públicas con el objetivo de ofrecer unos servicios al ciudadano utilizando los medios de los que se disponen de la forma más eficiente posible. Todos aquellos que trabajamos en las TIC en las Administraciones Públicas tenemos por tanto la misión de conseguir esa transformación, para lo cual debemos utilizar todos los medios a nuestro alcance. No podemos esperar a que nos organicen desde el exterior de las propias TIC, ya que entonces seremos un instrumento más al servicio de políticas que rompen con el contrato social que prometimos defender. Por todo ello, debemos elegir nuestro propio destino y encaminarnos hacia él. Y esta vez parece que no existen medias tintas: o empezamos a establecer líneas de trabajo en la línea adecuada o seremos cómplices del asesinato de una forma de vida. Y yo a mis hijos me gustaría mirarles a los ojos sin perder la dignidad.
Por tanto no se trata de reclamar aquí y ahora cómo deberían ser las TICs en las Administraciones Públicas del sXXI (el tren del sXX ya lo perdimos). Se trata de recuperar aquella táctica ya defenestrada del "entrismo". Tenemos estructuras y órganos de decisión administrativas (Comisiones Ministeriales de Administración Electrónica y Comisión Permanente del Consejo Superior de Administración electrónica), tenemos asociaciones, tenemos foros públicos y privados donde los TICs acudimos a "hablar de nuestro libro". Pues utilicemoslos. Pongamos en práctica aquello sobre lo que tanto teorizamos. Utilicemos los instrumentos legales para colaborar, para ahorrar presupuesto, para ofrecer servicios comunes. Incluso ofrezcamos esos servicios a otros organismos sin necesidad de establecer complejos protocolos de colaboración (SLAs, convenios, ...). Estoy seguro de que es posible. Dejémonos de ocultar bajo el manto protector de "mis competencias, mi presupuesto, qué pasaría si, ..." Establezcamos una verdadera política que conduzca por el camino de los hechos allá donde queremos llegar. Ayudemos a otros organismos con nuestro personal, ofrezcamos servicios que se integren en el negocio de otros organismos. Una vez establecida la tela de araña será imposible desmontarla. Y por el camino habremos ahorrado presupuesto, habremos establecido políticas de colaboración, modelos de servicio, ... En suma, sin esperar a las decisiones políticas, estaremos cumpliendo con nuestra labor como profesionales TIC y como funcionarios. Ante nuestras preguntas, si la dirección no da la respuesta, escribámos nosotros mismos las respuestas.
Seguro que se me podrá acusar de naif, de no conocer los entresijos administrativos, de proponer cuestiones imposibles (¿cómo voy a dar servicio a otro organismo?, ¿con mi presupuesto, perdiendo dinero para dárselo a otros?, y si se cae el servicio, ¿qué responsabilidad asumo si me lo da otra unidad?, ..) Todo eso no son más que excusas de nuestros acomodados directivos TIC que no cumplen con su función para con la sociedad. Están al lado de aquellos que han roto el contrato. No están respondiendo ni a lo que los tiempos demandan ni a lo que prometieron/juraron defender. No son más que un obstáculo (otro) que debemos eliminar.
Muy buen post, si se compatisesen recursos en vez de inventar la rueda de nuevo, el ahorra sería tremendo.
ResponderEliminarSe debería obligar a reutilizar. tribunal para aprobar contratos de cualquier tipo ya!!!
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