martes, 12 de septiembre de 2023

¿Qué hacer con el cuerpo TIC-A1?

 

"When the gods wish to punish us, they listen to our prayers" (Sir Robert Chiltern, An ideal husband.  Oscar Wilde)


La letanía que durante años escucharon nuestros mayores respecto de la necesidad de incorporar personal TIC a la Administración General del Estado (AGE) (otras peticiones nunca han sido escuchadas, como la de complementar la transformación digital como una cierta reforma administrativa de los servicios comunes), complementada por las señales del exterior, donde cualquier actividad económica que se pretendía exitosa debía emprender una transformación digital, creó las condiciones necesarias para un cambio de tendencia respecto del personal TIC-A1. Así, los aproximadamente 1.100 efectivos TIC-A1 que prestan servicio actualmente en la AGE, a los que se les podrán unir otros 1.200 efectivos según se desarrollen los procesos selectivos convocados no finalizados o pendientes de convocar pero ya aprobados en la última Oferta de Empleo Públicas (OEP), han conseguido constituir una notable fuerza de personal especializado TIC-A1. 

 

Es incontestable que un mundo cada día más digitalizado exige la incorporación de personal con conocimientos TIC a las organizaciones. Cierto es que la cantidad de personal TIC necesario a tal efecto dependerá de la estrategia en cuanto a cómo acometer los proyectos TIC, existiendo casos de éxito en el sector público y en el empresarial con distintas aproximaciones: ¿cuál es el grado de externalización de servicios TIC que se busca?, ¿en qué ámbitos TIC se externalizado y en cuáles no?, ¿cuál es el rol a desempeñar en los departamentos TIC del personal TIC: dirección de proyectos, definición de la estrategia, tareas operativas, ..?,¿ cuál es la relación con las unidades de negocio-gestoras?, ¿qué tipos de perfiles TIC voy a utilizar en mi organización en relación a su situación en el escalafón: directivos, operativos, ...?.

Sin necesidad de tener una política de TIC explicitada y/o actualizada en lo que se refiere a los recursos humanos (en su descargo hay que decir que en los últimos años tampoco se han dado pasos para renovar la política TIC general de la AGE, cuestión que puede apuntar a una de las causas de la emigración de los TIC a otras administraciones públicas), al menos por el volumen de los TIC-A1, parece que en la AGE se ha apostado por una cierta internalización de las labores TIC. Conclusión que se ve reforzada por la creación de la Agencia Española de Administración Digital, fruto de la reconversión de la Secretaría General de Administración Digital, proceso que se supone que fortalecerá e incrementará el catálogo de servicios comunes a ofrecer a los distintos departamentos ministeriales (si voy a responsabilizarme de más iniciativas TIC, tendré que disponer de una plantilla TIC mayor).

Sin conocer ese modelo aspiracional es complicado poder concluir si el número actual de TIC-A1 es el necesario, si sería conveniente seguir fortaleciendo las capacidades TIC de la AGE o si en pocos años sería necesario realizar una reconversión del personal (es importante ese condicional, porque no olvidemos que en la administración, que el órgano crea la función). En todo caso, a la luz de los actuales efectivos vengo a aportar algunas conclusiones que me parecen relevantes.

El cuerpo TIC-A1 (ya) no es un cuerpo directivo generalista (¿alguna vez lo fue?)

En esta legislatura la AGE se han dispuesto aproximadamente 150 puestos de alta dirección pública (Subsecretaría y Direcciones Generales), puestos en principio reservados para funcionarios (dejemos para otra ocasión la cada vez más acusada tendencia a exceptuar los puestos de Dirección General para que puedan ser ocupados por personal no funcionario A1) y excluidos aquellos que tradicionalmente no son ocupados por personal perteneciente a los Cuerpos Superiores de la Administración (Direcciones Generales en Presidencia de Gobierno, en el Ministerio de Defensa, Dirección General de la Policía o de la Guardia Civil o incluso los relacionados con políticas públicas muy específicas -diplomáticos, tesoro público o algunos puestos del Ministerio de Justicia-). 

Más allá de casos individuales, no parece que un cuerpo administrativo con el volumen del TIC-A1 pueda estar diseñado para ocupar, en lícita competencia con otros cuerpos superiores, los escasos puestos de alta dirección pública de la AGE. 

Entiéndaseme que no se trata de un lamento corporativista. Como servidor público entiendo que estamos al servicio de la ciudadanía y de lo que requiera la organización. Sin embargo a nadie se le escapa que el incremento notable en los últimos años del personal TIC-A1, la más que previsible internalización de algunas tareas TIC-A1, minimizando las externalizaciones o la creación de una agencia TIC, tendrán como consecuencia el aislamiento de las unidades TIC de la organización y del negocio. Y a más separación, más complejo será que los miembros del cuerpo TIC estén dentro del circuito de aspirantes a dirigir las unidades sectoriales o generalistas, no siendo considerados como parte del "core" organizativo sino como una "utility". La internalización de las labores TIC-A1 tendrá como consecuencia la externalización de las unidades TIC respecto del funcionamiento de la organización. Nos han metido en el CPD, podrás escuchar de algunos compañeros.

Una vez aceptado el rol a jugar dentro de la AGE (en realidad no se trata de un nuevo rol, si no quizá la consolidación definitiva del movimiento que originó el cuerpo allá a principios de los noventa, cuando se integraron en el cuerpo TIC-A1 personal funcionario perteneciente a otros Cuerpos o Escalas de igual grupo de titulación, separando las TIC de las estructuras generalistas (TAC), de forma que definitivamente se aborta aquellas aspiraciones y declamaciones de la asociación de los TIC y de sus propios miembros respecto de aspirar a dirigir unidades generalistas así como poner en riesgo la presencia en los correspondiente comité dirección), lo que nos queda por asumir son dos tareas principales.

Por un lado, elaborar una política de formación TIC más intensa que la actual y que venga a asegurar que el numeroso cuerpo TIC-A1 es útil a la organización. En el futuro de nada nos servirá ser correa de transmisión de las empresas a las que externalizamos los proyectos (hacer relay de correos electrónicos o llevar la gestión del contrato). Necesitaremos y se nos exigirá jugar un papel técnico (seguramente los presupuestos TIC se verán constreñidos en razón del personal interno que cuenten las unidades TIC) que irá cambiando en razón de la evolución tecnológica. Nos convendría echar un vistazo a nuestros compañeros de los distintos ejércitos en cuanto a su obligada política de formación y actualización (asociado a ascensos) para abandonar el actual "hágase usted mismo".

Por otro, constatar que el desarrollo de toda política pública requiere la incorporación de tareas relacionadas con el tratamiento de los datos (captura, almacenamiento, analítica y presentación de resultados). Si el cuerpo TIC no estará presente en esas unidades, es necesario reclamar que los cuerpos generalistas, en especial los TAC, incorporen de manera más acusada que en la actualidad esos contenidos dentro del diseño de su proceso selectivo, tanto en la parte común como en la especialidad técnica, el espacio natural de los TIC que quieran ocupar puestos directivos.