jueves, 22 de agosto de 2013

Prejuicios, clases sociales y movimientos revolucionarios



Supongo que como muchos otros, mis primeras valoraciones acerca de cualquier tema o personas a los que me aproximo por primera vez, se ven matizados por una serie de prejuicios. Pienso que no es nada malo tener ciertos prejuicios, siempre que seas lo suficientemente sensato como para tras una cierta introspección y análisis de aquello sobre lo que emitiste un juicio previo, puedas volver a revisar tus pensamientos y corregir o reafirmar aquello que juzgaste basándote en impresiones apresuradas o a partir de experiencias previas.

Supongo también, que cuando alguien me conoce por primera vez, también generará ciertos prejuicios, basados en mi forma de andar, de vestir, ese pelo que a veces parece un casco de la primera guerra mundial o esa perilla anacrónica. Si a eso le sumamos la impresión que doy al hablar o sobre los temas que escrito o "retuiteo", el "feedback" que obtengo sobre como me ven los demás es que soy uno de esos inconformistas (o indignados como se lleva ahora), presente en toda serie de mareas, asedia al congreso y similares. Aunque nunca me ha gustado mezclar temas políticos-sociales en este blog de marcado carácter profesional, es cierto, seguramente seré todo eso y muchas cosas más radicales.


¿Y a qué viene este streptease? Pues viene a colación a que últimamente estoy observando que ciertas personas muy lejanas, supongo, a mi ideario político, coinciden conmigo. No creo que se deba a la tan manida frase "Quien a los 20 años no sea revolucionario no tiene corazón, y a los 40 lo sigue siendo, no tiene cabeza" (parece que atribuida a W. Churchill), ya que espero darme cuenta si tengo cierta mutación ideológica. Más bien creo que las cosas "ahí fuera" están tan mal, que defender ciertas convicciones básicas te hace parecer un revolucionario o al menos un antisistema. 

Estoy pensando fundamentalmente en tres temas que nos tocan a los que nos dedicamos a esto de las TI (y ese sería otro tema que, como ya fue mencionado en el último podcast de ASTIC, sería interesante por qué nos toca tan de cerca a los informáticos/teleco estos temas tan políticos, cuando nosotros solo somos el medio y además, cuando mi experiencia me dice que hay pocos sectores tan asépticos ideológicamente hablando como los informáticos -no hay más que compararnos con arquitectos/crear ciudad, médicos/salud pública, ingenieros de montes/conservación medio ambiente, educadores/cultura y conocimiento, abogados/defensa clase social a la que perteneces, ... ):

  • ley de transparencia
  • descargas ilegales, ley Sinde-Wert, ...
  • wikileaks, snoweden, estructuras de espionaje industrial a cargo de naciones "democráticas" 
Sobrevolando la "boutade" que se me acaba de ocurrir (¿estamos los informáticos/telecos llamados a generar el nuevo bloque hegemónico cultural en el sentido gamsciano del término?), cuando leo o hablo con compañeros de profesión, ya sea del ámbito público o privado, e independientemente (o más sorprendentemente) de su escalafón social, es paradójico encontrar que compartes ciertos valores. Que personas muy aceptadas por el "establishment" político social dominante, que en gran medida deben a este sus actuales puestos de responsabilidad, no dejan de criticar abiertamente (o en privado) las actitudes de ese mismo "establishment" que les mantiene y al que ellos mismos colaboran en su mantenimiento. Personas que (volviendo, supuestamente, a Churchill -por cierto, cualquier frase ingeniosa que se te ocurra, atribúyesela a Churchill, generará gran aceptación-) se sienten extremadamente cómodas bajo el paraguas de "democracia es que, cuando llaman a las cinco de la mañana a tu puerta, sea el lechero", coinciden conmigo en que algo muy grave está pasando con ciertos consensos sociales que nos permitían cierto ámbito de convivencia.

Bienvenidos sean estos compañeros de viaje en la lucha por un mundo más justo, que ya tendremos tiempo de separarnos cuando llegue el momento de plantear otras cuestiones de igual o mayor calado. Pero eso no quita que analizado el tema uno llegue a la conclusión que cada vez más se está produciendo una ruptura institucional. Ya no al estilo lucha de clases tradicional, entre los propietarios de los medios de producción y los obreros. Si no entre la clase dominante (un pandemónium entre las grandes oligarquías económica y políticas) y el resto de mortales (independientemente de su posición económica). Cada vez se ve más claro que son ellos (ese 1%) y el 99% restante. Y lo que es más claro, que de ese 99% restante, cada vez más los hay que están desarrollando la conciencia de clase (aunque sea una clase formada por ese 99%). En terminología marxista, están pasando de ser clase en sí a clase para sí (a la vez que escribo estas líneas, en TVE están emitiendo Doctor Zhivago y es difícil abstraerse de la retórica revolucionaria)

Poniéndonos, si cabe, todavía más pedante, me recuerda aquello que nos cuentan que el franquismo empezó a tambalearse cuando los hijos de los que ganaron la guerra se volvieron contra él (venga, otra pedantería más: para el interesado en el tema que vea Muerte de un ciclista, de J.A. Bardem)

Habrá que esperar acontecimientos y observar si el compromiso de estos nuevos compañeros de viaje en la lucha por desenmascar a ese 1% es un compromiso cierto o circunstancial. Aún así, hay que felicitarse de que sumen incorporando su punto de vista. La diversidad siempre enriquece. 


1 comentario:

  1. Cuando conoces a alguien por primera vez sólo te fijas en las diferencias entre él y tú, pero con el tiempo empiezas a fijarte en las semejanzas. Supongo que es así como empiezan todas las amistades.

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