lunes, 7 de abril de 2014

La reforma TIC de la AGE: la reforma que todos quisimos, la que nos dejaron o la que otros diseñaron


Estaba yo dándole vueltas a la reforma de las TIC en la AGE que el Director TIC anunció la semana pasada y que recogimos en este blog. Claramente, en el post referido me limité a intentar reflejar aquello que se enunció en una conferencia, y por tanto, seguro que adolece de errores o incluso faltarán detalles importantes que la publicación en el BOE nos aclarará.

Si que es cierto que ya deslicé algunas críticas hacía el diseño apuntado (ya digo que pueden ser carencias del modelo, según mi punto de vista, o puede que el detalle del BOE elimine mis suspicacias). Es difícil entrar a valorar un diseño de gobernanza de políticas TIC sin tener todos los detalles.

Aún así, es de reconocer que existen grandes avances en las líneas estratégicas. Los más sobresalientes, a mi entender son, el comité de inversiones que autoriza los gastos desde un punto de vista estrictamente de política TIC y las comisiones ministeriales donde usuarios funcionales y gestores TIC confluyen para impulsar la trasformación digital de las organizaciones (esperemos que sean verdaderamente ejecutivas y que los usuarios funcionales se impregnen de lo que las TICs les pueden ofrecer).

Existen otros puntos oscuros: no se aclara si los CIOs sectoriales dependerán como hasta ahora de la estructura funcional de cada organismo o de la Agencia TIC, cuestión de gran relevancia para que las TICs sean verdaderamente una palanca de cambio organizativo y que tenga las mismas directrices en todos los departamentos, al estilo de la abogacía del estado o de las intervenciones delegadas.


Incluso se puede imaginar algunos puntos con una deriva cosmética, como cambios de nombre, y supongo/deseo que de algunas funciones, a los actuales órganos colegiados, esperando que la nueva cultura TIC cambie comportamientos muy enraizados en la Administración. Este ultimo aspecto es más que preocupante. No creo que el dislate que supone la actual estado de las TIC de la AGE sea ajeno al actual modelo de gobernanza, donde existe un Consejo Superior de Administración Electrónica y su Comisión Permanente, máximos responsables de traernos donde estamos (sus integrantes, se entiende).

Más allá de las competencias de dichos órganos, ha primado, en el primer caso, una visión demasiado "ligera" de lo que las TIC pueden aportar. En el segundo caso, ha primado la visión departamental sobre la visión colaboracionista y establecimiento de alianzas. Más parecía una carrera de quién era el primero que tenía una sede electrónica, su propia PKI, el primer portafirmas. Y tras ese hito, quién era el segundo, el tercero, ... Y al final, quién no era el último.

Cambiar el nombre a estos órganos no solucionará nada. Es necesario, que en el primer caso, exista un órgano con poder de transformación, pero cuyos integrantes sean especialistas en lo que las TICs le puedan ofrecer. Así lo han entendido algunas corporaciones, como el BBVA (BBVA crea una división digital con poderes para transformar el banco). No se trata de poner cargos políticos con esa visión ligera de las TICs.

En el segundo caso, como apuntaba anteriormente, se trata de que los miembros de ese consejos de CIOs, dependan del Director TIC de la AGE. De lo contrario, volveremos a tener TICs defendiendo las líneas estratégicas de cada departamento, cuando lo que se trata es que que las TICs den una respuesta homogénea a cada línea estratégica. No se trata de competir entre TICs, se trata de colaborar entre TICs para dar mejor respuesta y servicio.

Aún pecando de impaciente, en el discurso del Director TIC sobre el modelo de gobernanza me ha falta un participante básico. En cualquier modelo de transformación de las organizaciones, de orientación hacia el servicio como el que se pretende hacer, el centro neurálgico es ese, el servicio. Alrededor de él deben girar las TIC. Por lo que entiendo, el servicio es representado por los usuarios funcionales. Pero, ¿y nuestro cliente final? La administración tiene sentido en cuanto que presta un servicio al administrado. Y el administrado no lo veo por ningún lado. No pretendo incluir a los administrados dentro de nuestros órganos de decisión (aunque tampoco estarían mal comités de asesoramiento o consultivos no vinculantes, formados por representantes de la sociedad civil). Pero si que hecho en falta cual será la estrategia para que esos deseos y aspiraciones de los administrados calen en nuestras políticas. Se puede decir que de eso son responsables las unidades funcionales. Pero lo cierto que en el nuevo mundo que las TIC están construyendo, las TICs son una herramienta fundamental para conseguir ese "feedback". Ya sea mediante la publicación activa de datos que permitan conocer la realidad administrativa como la forma de recoger esos "input". Incluso aunque sea a modo retórica populista, al más estilo despotismo ilustrado (aquello de todo para el pueblo pero sin el pueblo), las actuales recomendaciones de la UE van en ese sentido: "diseño de los servicios públicos por los ciudadanos". Estamos hablando de introducir en este modelo de gobernanza TIC, no solo la eadminsitración, sino algo más disruptivo: el OpenGoverment.

Y este olvido me lleva a otro más sangrante. La forma de elaborar la norma o normas en la que se modelo se plasmará. Por lo que sospecho, esta norma no se someterá a ningún proceso de información pública. La han redactado apreciados compañeros con el mayor de los esfuerzos. Pero a parte de alguna reunión con empresas del sector, no tengo noticias que hayan dado cabida a los representantes TICs de la AGE (ASTIC). Sin menospreciar el trabajo realizado por estos compañeros, a los que conozco y admiro, no podemos pensar que se pueda construir una nueva administración (o diseñar el modelo de gobernanza que va a transformar la AGE) sin contar con aquellos que lo han de sustentar. Creo que es un error mayúsculo no contar con el apoyo y visión de muchos años de experiencia. Aunque solo fuera porque la propia diversidad enriquece, se debería haber intentado una mayor apertura en la recogida de propuestas. La responsabilidad final del diseño de la gobernanza cae en la Dirección TIC de la AGE, pero nadie impide que entre todos podamos echar una mano en dar ideas.

Aún así, y por el bien de todos y sobre todo de la AGE, esperemos que hayan dado con la solución correcta. Particularmente creo que en pocas ocasiones la historia te permite que seas tú quién la escribas. Y en esos casos, lo mejor es ponerse a ello. Dejar pasar esos momentos no es sino, además de una muestra de debilidad, una falta de responsabilidad histórica, ya que son muy pocas las ocasiones en las que se tienen las fuerzas para detener los procesos y rediseñarlos a tu antojo.

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