jueves, 7 de julio de 2011

Restricciones presupuestarias

En estos tiempos de restricciones presupuestarias, donde todos caemos en el lugar común de "hacer -incluso a veces- más con menos", vengo hace tiempo madurando una idea crítica a cerca de cómo se gestionan los presupuestos en la administración.

Muy resumidamente, podemos decir que el presupuesto se asigna a cada unidad responsable de gasto y es esta la que decide en qué se gasta y cómo se gasta. Esos nos lleva a que los responsables de esas unidades -responsables que son cargos de libre designación-, responden ante sus superiores -también de libre designación, pero con un marcado tinte político- de dar un buen servicio, conceptuando servicio de forma global. vamos a suponer que a ese cargo superior le muestren una tabla de los gastos asociados a los proyectos (cosa bastante difícil en informática cuando no todos los gastos están asociados a proyectos identificables de forma individual, ya que hay mantenimientos conjuntos, desviaciones de proyectos de años anteriores, ...).


A lo que iba. Resulta que entre esos dos cargos deciden en qué se gasta el presupuesto. Y sus decisiones, al ser cargos de libre designación, puede que tengan mucho que ver con sus intereses particulares o de los que sus superiores les hacen llegar (políticos de gran volatibilidad).  De esa forma, en muchas ocasiones el parte del presupuesto se dedica a lanzar nuevos proyectos que cubran las necesidades políticas de la organización. Y cuando se lanzan, nadie preve que al ejercicio siguiente será necesario reservar un 15% del gasto del ejecución del proyecto para mantenimiento. "Total, quién sabe si el año que viene estaré aquí"- piensan los directivos- "Además, como lo pide el señor Ministro, ¿cómo le vamos a decir que no?". Y si encima, al año siguiente hay una reducción presupuestaria, nos encontramos en la situación que podemos ver en muchos organismos: aplicaciones sin su correspondiente servicio de mantenimiento que van muriendo de inanidad.

A diferencia, en la empresa privada, cuando el director de tecnología quiere acometer un proyecto, el director financiero le dice: si este año te doy esto, date cuenta que el año que viene te reservo un 15% para su mantenimiento, por lo que el año que viene tendrás menos presupuesto para nuevos proyectos.

Es decir, por un lado se tienen las decisiones tecnológicas y por otro las presupuestarias. Y sin embargo en la administración, al ir todo unido, nos hace caer en la mala gestión, en gastar este año para que el que viene no se pueda mantener, en contentar a los dirigentes políticos de turno y en pensar en los intereses individuales por encima de los organizativos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario