En ocasiones he leído alguna declaración de los Inspectores de Hacienda del Estado echando algunas de 'las culpas' de la poca lucha contra el fraude fiscal a las TICs. No a las TICs en sí mismas, si no a que el uso desmesurado de las TICs en la lucha contra el fraude ha sentado en la oficina a los inspectores, de forma que solo se analiza lo que se muestra en sus sistemas de información, y claro está, si es sumergida es porque no está ahí para ser analizada.Vamos que piden volver a pisar la calle.
Pero, y asumiendo el riesgo de caer en técnicas de gran hermano, a veces las tecnologías nos dan gratas sorpresas. Leía en el otro día un artículo sobre el servicio de pago por móvil sin contacto. ¿Se podría obligar a que todas las compras se hicieran de esa forma?, ¿sería una invasión de la privacidad si únicamente esos datos se utilizasen para comparar el nivel de gastos con el de ingresos?, ¿se dispararía el mercado negro de móviles limpios?, ¿se puede llegar a suprimir el dinero físico? Es algo a reflexionar. Pero si uno lo piensa bien, el 90% de la población española -por decir algo- recibe sus ingresos vía domiciliación bancaria y seguramente muchos de los gastos los realiza con dinero de plástico. Quiero decir que ya somos muy rastreables. Yo creo que podría asumir que mis transacciones económicas se realizaran electrónicamente si con eso se consiguiera hacer aflorar la economía sumergida -y esos autónomos que no cobran IVA, o esas tiendas de 'chinos' que no te dan ni recibo, ...-. Ya se sabe, menos economía sumergida, más recaudación, más y mejores servicios públicos, mejor sociedad.
Si bueno, ya se, la utopía. Pero es que a ciertas horas, soñar es tan delicioso!!!!!!
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