Las AAPP tenemos que empezar a posicionarnos en Facebook

Hace  unos días publicaba un post sobre como pensaba que debían posicionarse las administraciones públicas en internet para lograr un mayor acercamiento de los ciudadanos a nuestras iniciativas de administración electrónica.

Al hilo de aquello y viendo la pléyade de noticias que todos los días aparecen sobre las redes sociales y especialmente sobre Facebbok:

• http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Facebook/impone/propia/moneda/virtual/Internet/elpepirtv/20110127elpepirtv_2/Tes 
• http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Facebook/Ofertas/propone/descuentos/movil/elpeputec/20110131elpeputec_7/Tes
• http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Facebook/come/terreno/Flickr/elpeputec/20110131elpeputec_1/Tes

 cada vez tengo más claro que:

• es necesario un único punto de entrada a todos los servicios de las AAPP, o por lo menos la AGE
• ese acceso debe realizarse mediante el uso de un único id
• si el público potencial está en las redes sociales, y especialmente en Facebook, las AAPP debemos desarrollar nuestros servicios de administración electrónica pensando en esa plataforma. Y cuando sea otra  plataforma la exitosa, pues nos migraremos a esa otra. No creo yo que sea tan costoso cuando cuatro recién diplomados desarrollan en 2 meses una aplicación que usan millones de usuarios.

Y en relación con el último punto,  y suponiendo que la problemática de privacidad de los datos está resuelta -son temas técnicos que tarde o temprano se resuelven- lo que me preocupa es quién es el que tiene que decidir que debemos poner los servicios en Facebook. Ni los asesores de las direcciones de los distintos departamentos ministeriales conocen las posibilidades que ofrecen las redes sociales, ni las direcciones de los centros TICs están preparadas para asumir el reto tecnológico y organizativo que supone posicionar a las AAPP en las redes sociales.

Pero no hay que olvidar que debemos de dejar de pensar que tenemos un cliente cautivo que tiene que venir si o sí ya que es él el que demanda nuestros servicios. O le ofrecemos una forma de acuerdo con sus usos culturales, o directamente, no usará la tecnología que le suministramos.