Siempre se repite como una letanía que la Administración es fuente de innovación en el terreno de las TIC. Seguramente sea así en muchos ámbitos de los que conforman el conjunto de las TIC, pero sin embargo en otros vamos francamente atrasados. Tan atrasados, que incluso la legislación nos obvia de una forma tan deliberada que casi parece una ofensa.
Hace exactamente 7 meses (y algunos días) se publicó en el BOE la transposición de directivas en materia de telecomunicaciones y de la sociedad de la información, donde en el artículo 4 se modificaba la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico en el sentido de regular las famosas cookies.
Podemos entrar a valorar el contenido de tal transposición, debatir sobre el tipo de consentimiento que debe realizar el ciudadano, el cómo se debe informar al mismo, si el BOE es la mejor forma de regular un campo tan dinámico e innovador como este o los posibles incumplimientos de las grandes empresas del estado español.