Tengo desde hace tiempo dos noticias en la recámara que a primera vista parecen inconexas, pero que están conectadas:
Ya hemos hablado de esto en otras ocasiones, por lo que seguro que a los pocos lectores que tenga les puedo llegar a aburrir. Pero en mi descarga tengo que decir que este tipo de cosas me indignan tanto que no puedo perder ocasión en hacer patente que el paradigma que nos gobierna nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, no sólo imponiendo su modelo, si no haciéndolo pasar por el único posible.
Si el acceso a internet es un derecho, ¿por qué las Administraciones Públicas no pueden prestarlo? Atención que no le pongo el apellido de gratuito, ya que este tipo de iniciativas, como ninguna de las que toman las AAPP lo son. Todas se sufragan con dinero público, que sale de nuestros impuestos. Un derecho también es la educación y las AAPP la prestan, con su correspondiente gasto ya sea en la educación pública como en los colegios concertados. O la sanidad.
Es como si a un Ayuntamiento se le prohíbe colocar fuentes en el dominio público porque hace competencia a los bares o a los vendedores de agua embotellada. O baños públicos. Incluso la recogida de basuras,o el derecho a la movilidad con el transporte público. Y no sigo porque es insultar la inteligencia del lector. Vamos que creo que una AAPP puede y debe gastarse el dinero en lo que crea conveniente sin que una Ley pueda restringir su ámbito de acción. Ya vendrán los electores o la sociedad civil a juzgar su gestión o a intentar parar actividades donde se malgaste el dinero público. Y lo peor es que una simple búsqueda te ofrece cientos de noticias de pueblos de la geografía española donde no existe ese derecho de acceso a internet ni pagando (claro, como no es rentable!!!!!)
En fin, que aquí como en muchas otras cuestiones nos intentan dar gato por liebre. Hay que tener la visión libre de prejuicios para que no nos intenten colar su particular visión del mundo como la única posible. Y que no me vengan con monsergas de la innovación de las empresas privadas y el anquilosamiento de las AAPP, que Telefónica bien pública que era y bien innovadora y golosa al privatizarse.
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