miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las TICs no paran de sorprender


Tras el socialismo o barbarie (R.Luxemburgo. 1916), 100 años después lo podemos enunciar como TICs o barbarie (como paso previo al socialismo, claro, no se me enfaden los teóricos)


Verdaderamente vivimos en una época más que revolucionaria en cuanto a la influencia de las TICs en el día a día. No es necesario ni siquiera poner algunos ejemplos que ilustren la frase anterior, ya que todos tenemos en la mente la última noticia leída o escuchada en medios generalistas (y menciono estos medios para hacer más patente la ubicuidad de la revolución) acerca de la última gran innovación, uso o cambio de paradigma.

Quizá el último reducto en la que las TICs no han entrado como un elefante en una cacharrería es en el de las teorías sobre los modelos políticos. Y claramente no lo han hecho por falta de tecnología o alternativas (luego volveremos sobre ello), si no porque todo sistema político tiende a perpetuarse lo máximo posible, extendiendo su "reinado" incluso más allá de lo razonable (ya lo decía El Roto en su viñeta diaria: "Si no queréis protestas, tendréis revueltas").

Así, continuamos con una democracia representativa que, con ligeros cambios cosméticos como descentralización, transparencia, algo de presupuestos participativos, referéndum revocatorios, ... sigue manteniendo las mismas directrices esenciales: vota cada cierto tiempo eligiendo a una o varias personas de entre un catálogo que el propio sistema ha auspiciado y que defiende imponiendo grandes barreras de entrada. 

A pesar que son tiempos donde reclamar más TIC pueda llevarte a que te acusen de estar empujando la creación de una distopía (y basta ver el caso Snowden-NSA), el avance tecnológico y su uso masivo, incluso en zonas del tercer mundo, hacen cada vez más patente la necesidad de un cambio en la forma de entender la gobernanza de las sociedades en el sXXI. 

Si a lo anterior le sumamos que últimamente tiendo a observar con bastante preocupación que este mundo sin fronteras para las transnacionales, los mercados de capitales o materias primas, no se está correspondiendo con un incremento de la calidad de vida de la gran mayoría de la población mundial, ni en el aumento de las capacidades de autogobierno y soberanía. Por ello, la inmersión de las TICs en los sistemas políticos ya no puede verse como una boutade tecnológica que pronto pasará de moda, si no como una necesidad imperiosa para evitar que el mundo caiga en colapso, ya sea como consecuencia o como situación anterior a una gran guerra mundial (si, lo siento, pero pienso que la pérdida de calidad de vida y de derechos sociales nos llevarán indefectiblemente a un proteccionismo nacional, que será utilizado, de nuevo como hace 100 años, por los generadores de mensajes diferenciadores estigmatizadores del otro y que finalmente nos llevarán, tras una escalada de conflictos internacionales menores, a una gran guerra).
   
Si los científicos sociales en el sXX (o anteriores) fueron los grandes constructores de los sistemas políticos estables, en el sXXI, esos científicos sociales no podrán caminar sin el uso, manejo y conocimiento de lo que las TICs les ofrecen. 

Incluso, saliéndonos del esquema imperante de economía de mercado, y acercándonos a sistemas que en la teoría anteponen la defensa de la sociedad en su conjunto frente a las agresiones del capital, el uso de las TICs son irrenunciables para la consecución de esa "democracia radical", socialismo o sociedad sin clases. De lo contrario se volvería a esquemas donde un grupo reducido de "elegidos" o "encaramados" en los politburó de turno son los que deciden por el resto.

Es decir, vengas de donde vengas ideológicamente hablando, más te vale el aceptar el uso masivo de las TICs en los mecanismo de gobernanza, ya que de lo contrario, y a no ser que seas parte de ese 1% (o menos) vas a sufrir mucho, incluso físicamente.

Y cuales son las actuales aportaciones de las TICs a esa gobernanza radical. Por decir unas cuantas:
  • uso de las TIC para el control del fraude económico (si lo siento, el gran hermano tendrá que vigilar todas tus transacciones económicas, incluso en la compra de la barra de pan diaria). Aquí nos ayudaría el pago con móvil, NFC, ...
  • Open Data: publicación masiva de la ingente cantidad de datos que las AAPP y las grandes corporaciones tienen sobre la sociedad. Si nosotros generamos los datos, los datos son nuestros.
    • no hay que desdeñar la fuerza de la sociedad civil para analizar esos datos (incluso bajo modelos de tratamiento, publicación y uso comercial de los mismos) y proponer nuevas formas de entenderlos, analizarlos, .. y así construir nuevas formas de entender el mundo que nos rodea. Y entender es el paso previo a manejarlo.
  • modelos de democracia líquida o democracia 2.0, a caballo entre la democracia representativa y la asamblearia, donde, y de forma resumida, se permiten delegaciones directas a representantes previamente elegidos en parlamento o a otros ciudadanos (en referéndum) para los temas en los que cada uno quiera delegar (mi diputado para temas económicos es X, pero para temas judiciales me fío más de Y).
  • conocimiento del pensamiento general de un grupo social en un tema concreto sin intermediarios y con transparencia (se acabaron las encuestas): herramientas como "appgree"
  • facilitadores de decisiones por grupos sociales, generadores de mayorías: herramientas como "loomio" 
  • formas de conocer la verdadera empatía que tienes con tus representantes de forma que se chequeen tus preferencias sobre temas concretos con el sentido de voto de los representantes elegidos por sufragio: herramientas como "kourum"

¿Y tú qué piensas?, ¿crees que este sistema político estilo sXIX se puede sustentar con una sociedad que usa herramientas del sXXI?

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