viernes, 20 de mayo de 2011

¿Derecho al olvido o más bien derecho al borrado?

Este post viene en relación a una conferencia a la que asistí hace unos días sobre la gobernanza en Internet. Si no estuviste, anótalo en tu calendario para el año que viene, ya que creo que fue un gran evento, con grandes ponentes e interesantes temas. En la vida hay que estar donde hay que estar cuando hay que estar, y uno no puede dejar pasar las oportunidades cuando se le cruzan por el camino (por cierto, si vives en Madrid o en sus cercanías y todavía no has ido a la puerta del Sol, tienes que ir: pocas veces se puede ver un movimiento como el que se está dando. Yo he estado esta tarde, con mi chica y mis dos hijos y hemos disfrutado un rato viendo en directo como se intenta crear poder popular, con todos sus inconvenientes y con algunas puerilidades, pero sin duda, con interés, con fuerza, con objetivos claros y con altura de miras). 

Al tema: una de las conferencias que más me impactó fue la que versaba sobre el Derecho al Olvido (espero que IGF cuelgue lo antes posible el resumen de esta charla-debate). Ya sabes, que cuando pongas tu nombre en google no salga como primer enlace aquel desliz que tuviste hace veinte años y que por tanto tu pasado no te alcance en el presente. 
No voy aquí a hacer una tesis doctoral sobre lo que significa y las implicaciones del derecho al olvido. Sólo unas cuantas pinceladas y precisiones que me parecen interesantes compartir.
  1. Antiguamente el que quería conocer algo de una persona se iba a las hemerotecas y ... ¡a rebuscar!. Por eso se llama derecho al olvido, porque nadie se acordaba de lo publicado hace 10 años, y lo que es más importante, no importaba si lo publicado era cierto o no, o si al final había tenido consecuencias. Total, como nadie lo recordaba, el hecho se perdía, se olvidaba.
  2. Con las nuevas tecnologías eso no ocurre, por lo que el pasado nos persigue y nos espera en el futuro, regocijándose con una gran sonrisa, para recordarnos que nuestros actos, en el sXXI son perennes.
  3. Para evitar esta situación existen varias tendencias:
    1. la que lidera la APD, que consiste en que a solicitud del interesado los medios de comunicación, webs y buscadores deben impedir que sean accesibles noticias añejas (ya digo que pueden ser incompletas -una imputación sobreseída- o incluso falsas -no siempre los periódicos publican cuestiones ciertas y por eso existe la fe de errores y rectificaciones, que no suele salir en el buscador al lado de la noticia original-) cuyos efectos en el presente pueden ser devastadores. Es importante detenerse en la frase: "impedir que sean accesibles", ya que a un periódico no se le puede obligar -por ley- a borrar de su hemeroteca una noticia. Se trata por tanto de obligar al olvido. Si no es accesible fácilmente, la noticia no existe. Eso si, siempre podrás ir a la hemeroteca, accesible online por cierto, previo pago, pero accesible.
    2. la que lidera Google, que consiste en argumentar que ellos indexan lo que otros publican. Que no son propietarios de nada, meros intermediarios de periódicos o del BOE y que si no se quiere que se acceda a cierta información, que se elimine la noticia en origen.
Planteado el tema, hay que decir que todos tienen parte de razón:
  1. lo lógico es no hacer accesible la noticia en origen, pero eso obliga al interesado a acudir a todos los posibles medios que reprodujeron la noticia y exigirles que la han inaccesible a los buscadores. Y no debe ser nada cómodo acudir a todos los medios que se hicieron eco. Siempre faltará uno que será indexado por el buscador correspondiente.
  2. Por tanto, lo más cómodo para el ciudadano es acudir al buscador o buscadores más usados y solicitarles que no indexen esa noticia. Pero claro, además de existir varios buscadores, mañana pueden surgir otros, por lo que habría que volver a hacer la petición y pasar el mal trago porque el pasado siempre te alcanza. Además, el buscador no es el propietario de la noticia, sólo es la lupa que rastrea internet. ¿qué culpa tiene él de que el BOE haya decidido hacer accesible electrónicamente todos sus archivos?
NOLTA: todo esto me recuerda cuando se obligó a suprimir los servicios online de páginas blancas (ponías un nombre y te salía su teléfono. O la calle y el número, ..). Eso sí, los listines telefónicos siempre habían llegado a casa, pero como no había nadie que se los leyera entero y los informatizara, no había peligro. Es decir, el hecho de encontrar teléfonos siempre se había dado, lo que ocurría con los servicios online es que era muy, muy fácil encontrarlos. Y eso ya no gustaba tanto.

Podemos pensar en soluciones técnicas para solventar el problema del derecho al olvido. Así a bote pronto se me ocurre replicar el modelo de las listas Robinson, donde los ciudadanos pueden ejercer su derecho de ocultar ese pasado molesto y que los buscadores -los grandes y los de los medios-, antes de colocar un resultado como respuesta, pregunten si ese resultado está contenido en la lista, y si lo está, obviarlo.

Pero lo que más me atrae de todo este problema es si realmente es un derecho o el resto de los mortales también tenemos el derecho de conocer toda la vida del compañero de trabajo haciendo inútil el concepto de reinserción social. Vayámonos a un caso extremo: un convicto que ya pagó por su delito y que está felizmente reinsertado. ¿Tenemos el derecho el resto de la gente que lo rodea de conocer que fue preso hace quince años por violador o por estafador?, ¿no estamos quebrantando el derecho a la reinserción?, ¿el saberlo no modificaría nuestra forma de relacionarlos con él cuando ya pagó por su pena? Dilemas morales.

Yo antes que entrar en lo técnico del derecho al olvido intentaría contestar a estas preguntas. Y a otra de más calado. Como hemos visto, el derecho al olvido no pretende borrar la noticia, sólo ocultarla al resto de los mortales. Pero siempre existe el acceso a la hemeroteca. Luego es un poco hipócrita hablar de olvido cuando en el fondo la noticia siempre existe -las hemerotecas de los medios de comunicación también son accesibles vía internet, la mayor de las veces previo pago, pero si interesa buscar un dato relevante, el pago es insignificante respecto la recompensa-. ¿La reinserción implicaría el borrado de todas las huellas de aquello que hiciste, estén en medios de comunicación o boletines oficiales?, ¿nos quedaríamos sin historia por proteger al ciudadano?, ¿tenemos que hablar del derecho al borrado?

Yo la verdad no tengo las ideas muy claras.

Os dejo unos cuantos enlaces que he ido recopilando estos días:

  • http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/derecho/olvido/llega/Audiencia/Nacional/elpeputec/20110117elpeputec_3/Tes
  • http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Quiero/Internet/olvide/elpepisoc/20110107elpepisoc_1/Tes
  • http://www.elpais.com/articulo/sociedad/honor/intimidad/propia/imagen/Red/elpepisoc/20110107elpepisoc_2/Tes
  • http://www.elpais.com/articulo/opinion/Internet/olvido/elpepiopi/20110124elpepiopi_2/Tes
  • http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Google/asegura/borrar/datos/va/objetividad/Internet/elpepisoc/20110120elpepisoc_3/Tes
  • http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Google/enfrenta/Espana/borrado/datos/personales/elpepusoc/20110118elpepisoc_3/Tes
  • http://www.publico.es/ciencias/360165/no-queremos-que-se-use-a-google-para-censurar
  • http://www.elpais.com/articulo/opinion/nuevo/desafio/derecho/olvido/elpepiopi/20110515elpepiopi_4/Tes
  • http://www.elpais.com/articulo/opinion/Condenados/permanecer/Red/elpepiopi/20090322elpepiopi_5/Tes

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