miércoles, 20 de septiembre de 2017

La necesaria pluralidad de los funcionarios


Es imposible que el "asunto Catalán" (y perdón por el eufemismo) no acabe desbordando hacia cualquier ámbito. Entre los millones de "tuits" que abarrotan mi "timeline" (y que van a lograr que finalmente desconecte de la cuenta hasta pasada la fecha fatídica) he reparado uno en el que se hacía referencia, con datos de actuaciones previas, a la actitud "proconservadora" del juez que ha resuelto detener a una decena de personas. La estrategia es clara y se repite en cientos de ocasiones: se busca entre los juzgados de guardia (en este caso desconozco si ese ha sido el procedimiento, pero para lo que pretendo abordar no es relevante) a un juez proclive a ciertos posicionamientos a sabiendas que, por unas causas o por otras (nunca se puede desechar la posibilidad de que el juez a la vista del denunciante quiera "caerle en gracia" con el fin de poder medrar en su carrera administrativa), actuará como el demandante pretende.

Por otra lado, la parte "perjudicada" por la acción del juez, esgrime las actuaciones previas del juez, rebusca en declaraciones, en los clubs de los que es socio o incluso en su árbol genealógico, con el fin de poner de manifiesto que no se está cumpliendo la normativa y que se dictan las actuaciones basadas en el sesgo del magistrado.